Por puro placer

viernes, 14 de diciembre de 2007

Una Historia Paralela

Muchas situaciones personales han sucedido en este funesto tiempo como para no pensar en la teoría de los mundos paralelos. Basado en ese precepto, se supone que en determinadas situaciones, uno toma determinaciones que fojar -o truncan- ciertos espacios de tiempo y que según la teoría, éstos continúan su formación de forma paralela a la que uno "verdaderamente" está viviendo.

Cuando dí la PAA (se me cayó el carnesen) por segunda vez, una de las postulaciones freakies que hice en el patio de comidas del Parque Arauco fue a Pedagogía en Historia, más motivado por mi familia que por determinación propia. Lo cierto es que el juego salió cierto y de llenar un casillero en una hojita manchada con ketchup, salió que quedé entre los diez primeros seleccionados a nivel nacional en el Pedagógico, con posibilidades de becas que me hacían pensar en enfilar a Grecia con Macul (hijo de profesor, promedio en enseñanza media, orden de postulación, alimentación y transporte, por el sólo hecho de estudiar una pedagogía y que otro familiar ya estaba en la U.

El Morral, quizás mi Jansport Universitaria



¿Qué habría pasado si le hubiese dicho sí al Peda?.

Sería, hipotéticamente hoy, un profe de historia.

Pero más que el título propiamente tal, lo sabroso es el relato para obtenerlo y las circunstancias que lo habrían rodeado en el proceso. A propósito del re-estreno navideño de Padre de Familia, con Nicolas Cage y la guapa Tia Leoni, imagino qué cosas habrían pasado si hubiese dejado el Periodismo Portaliano de Vergara 240. Creo, así de rápido, que lo lana y combativo, me hubiesen vuelto a seducir como lo hizo en alguna época del colegio. Hablo de pelo largo, la barba mucho antes de lo que la usé en la UDP, desempolvar el morral, perderle el prejuicio a la caja de vino, chelas desde la botella de litro de boca en boca, un Ché Guevara desteñido que acompaña mi neo-discurso anti sistémico o negado al establisment político local.

Pienso que habría gozado con la Apec del otro lado que la gocé, siendo el protagonista de mis notas, corriendo delante de la cámara, marchando con pancartas y participando en asambleas de revindicaciones sociales y creyendo como nadie que ahí sí cambiábamos el orden reinante. Comiendo tallarines con salsa en una olla común y embobado con algunas gringas que simpatizaban de forma anecdótica con la causa.




Igual choro ser el de la foto. Me lo perdí (¿para siempre?)

Quizá no tendría los amigos de universidad que conservo, sino que una especie de "hermanos" del carrete pobleta. De tallas políticamente sesudas (troskistas, marxistas-leninistas o materialistas), de preocupaciones globales de índole local, fumando a lo mejor y pensando en salir a caminar al continente mucho antes que aventurarme a unas vacaciones lanas al sur con el lote que me acompaña en los pastos de mi U.

No hubiesen sido problema los ramos. Ni los de teoría pedagógica o los de Historia propiamente tal. Mi cuñado, que sí optó por el peda en Historia habla de que ha sido relativamente fácil todo, salvo por algún autor maraco que se vuela más de lo necesario y que le caga muchas veces la noche o las tardes. Más allá de eso, ha sido un trámite. Él, al revés de mi idealización, es muy tranquilo. No va a las protestas, poco carretea con sus compañeros y el tiempo libre que le da la carrera lo ocupa en ensayar con su banda influenciada por tipos como REM o Incubus y a los que mi hemana miente en comprender (siempre lo dice).


¿Música?. Así como desempolvé el morral y el discurso de izquierda, también retomaría la senda perdida, Sol y Lluvia, Illapu, los Jaivas más populares -y menos experimentales como me gustan ahora- Fan de la Bersuit, citador de Ismael Serrano (que no me gusta) o el viejo Silvio. ¿Anglos?, si no me topo con un tipo que raye con los Rolling viejos o sea ideario discursivo de Bob Dylan, poco o nada me hubiese tocado. Para qué hablar de Quilapayún o los Inti.... unos "clásicos".



El "gurú" Serrano. Engrupirse minas al ritmo
de sus versos, Chaaanta!


Papás sin deudas, casa sin cable (que fue una excusa de Periodismo), sin notebook (inncesario), un fotolog que registrara mis excesos o los de mis amigos y quizá un blog, al que hubiese abandonado hace rato por falta de temas. Sin motivaciones periodísticas, la memorabiblia de la que solemos jactarnos con mis amigos colegas, se habría muerto por falta de uso o por el sólo hecho de representar una época en la que no había consecuencia). Jugaría a la pelota y me sabría relativamente bien la liga inglesa o la italiana. Iría más al estadio por cuenta propia y no esperando la salvadora invitación de mi tío.

Ya estaría haciendo clases desde los inicios, a adultos y en defecto, en mi colegio. Me juntaría con mis amigos los fines de semana, iría a bailar (aprendí por osmosis y de caliente por seguir a algunas minas) en más asados (la llevaría, no como ahora, que me cuesta), sería más ligero, lanzado, discursivo y popular en el sentido de llevarme bien con todos y en todas. Sería menos analítico, irónico, memorión y elitista, en el sentido de tener pocos cercanos más por forma de ser que por clasificación.


Iría a chupar más chelas que cafés, más cine fantástico y efectista tipo "el señor de los anillos" que cine arte (al que sí iría pero mucho menos). Me cargaría Lastarria por esnob pero me gustaría su ubicación. Habría empezado a valorar el vino por cepas más tarde y discutiría más con mi viejo por su poca consecuencia y falta de compromiso con el gremio. Me reiría de los clásicos libros de historia y atesoraría uno de la desaparecida Quimantú. No habría discusión con Allende, y a Lagos, pese a considerarlo un hijo de puta socialmente, me daría gracia alguna de sus salidas.

¿Ostras en casa del Sr. M? ¿Pastas donde la Rabi?
¿Asados de Azotea?. Nooo, ponche tóxico.


Poca cleta y más a pata, pocas pololas pero estables (una verdadera pareja). Más borracheras registradas e incursiones reiteradas en la canabis con un hallanamiento sorpresa por parte de mis viejos y que me tendría enemistados con ellos por algunas semanas.

Y cuando estuviera en confianza con mis amigos, les contaría, a modo de anécdota extraña, que alguna vez quise estudiar periodismo.

pero que ni cagando en una privada.

El Bastenier, Woodward, Berstain, Kapuscinzki de Historia
El "otro" Carlitos.


Escucho: Nat King Cole en inglés, que suena extrañamente común.

2 comentarios:

Chissock dijo...

Ooooh, que buena entrada... tengo que decir que muchas veces, muchas, he hecho el mismo ejercicio mental; aunque todavía no estoy preparado para contar cual fue la otra opción que marqué antes de entrar a Veterinaria... pero seguramente lo haré de una forma similar a como lo pusiste acá.

En nota aparte, que onda la foto del ponche tóxico, me dolieron la guata y la cabeza al mismo tiempo.

Por último, concuerdo contigo con Tea Leoni =D

Paula Peña Rozas dijo...

parece que yo vivo algo como unas vidas paralelas, así como tú las describes. O sea, no tanto, pero técnicamente estudio literatura, y a veces, siento como si fuera un poco periodista. De hecho, el proximo año iré a la u sólo a unos ramos de periodismo.Dios mio, soy un híbrido.
Guen texto me gustó! Saludos!

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