Por puro placer

domingo, 9 de diciembre de 2007

Pancho Vidal a La Moneda



Diciembre del 2000. Pelo engominado y zapatillas azules, estaba en el podio de respuestas ante las cámaras de Chilevisión. Tenía en mi bolsillo una hoja de cuaderno con algunas notas importantes de actualidad versión inicios de siglo. ¿Cómo se llama el secretario de planificación regional recientemente nombrado? Francisco Vidal.

Fresco aún en la memoria, se hizo real cuando saltó a la fama como vocero de Lagos en su etapa más ácida, en la que tuvo que hacer frente a autocomplacientes y autoflagelantes, coimas y Mop Ciade. Ahí estaba Pancho, de frente, sin dejar su tono de Profe de historia, certero y divertido. Tanto, que conformó una de las Troikas políticas más efectivas de la era Laguista, Junto al Panzer Inzulza en Interior y Huenchumilla en Segpres.

Odiado por la Derecha, debido a su melosa defensa a Don Ricky, Vidal se convirtió en el amigo paleteado que uno suele tener a veces en la vida. El que te defiende estado o no estando uno presente, el que llama para saber cómo estás, cómo te fue, el segundo saludo el día de tu cumpleaños, el que está a tu lado en la parrilla y te pregunta si quieres otra chelita , el confidente de historias vergonzosas, el hombre de confianza. Quizá por estos y otros méritos partidistas su nombre era fijo para reemplazar a Inzulza luego de su aventura internacional. Llegó a ser Vice presidente en en la era más popular del pasado gobierno, nunca dejando su diálogo pausado y explícito a modo de un segundo vocero tras la llegada del singular Ministro Osvaldo Puccio.

Cuando mi viejo me avisa que llegó otra vez a La Moneda, al renunciar el desaliñado Lagos Weber (lo mastico pero no lo trago), me pasó algo muy raro, Fue como sentir que volvía alguien apasionado por su pega, un tipo que sabe, un grato recuerdo personal y el re-encantamiento de las noticias de palacio, que abandoné apenas la política oficial me abandonó a mí. Me acordé con una sonrisa de sus salidas, las veces que tiraba cuñas y las anunciaba, cómo se escabullía de los temas brígidos y su mal humor cuando algo lo desconcertaba.

Vidal fue y es el mayor defensor de Lagos. Creo que en parte, le pasa que su lucha es también la limpieza de su propio trabajo mezclado con el cariño al ex Presidente. Es esa mística y una buena onda de recuerdos, los que sin duda, pesaron en Bachelet para nombrarlo otra vez la voz oficial de un gobierno que no es el suyo y al que ha llegado relativamente tarde. Tendremos, por si algunos no lo saben, un hombre que en lugar de tener pantunflas, revistas o libros en el velador, hay un fax que lo mantiene informado de todo directamente . Que ocupa su patio para hacer vocería los fines de semana, que instaló una extensión eléctrica en su living para las cámaras y que en los inviernos encarga a su señora y su nana queque con café para los periodistas y en los veranos jugo con hielo por el evidente calor que hay en su casa corriente de Av. Colón.

Quien sabe si las vueltas de la vida, las mismas que dejaron instalado a Vidal en la oficina posterior a La Copucha, nos hace que nuevamente, ahora, más relajado, me vuelva a reír y sorprender de su labia a ratos cantinflesca, a ratos brillante, pero de manera directa y cercana como le gusta hablar al actual Ministro Secretario General de Gobierno.

Escucho: There is a light that never goes out de The Smiths del disco The Queen is dead de 1986

1 comentario:

mix dijo...

Sí mucho mejor que el otro que tenía cara de perrito Pug un poco, creo que esa es la raza.

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