Por puro placer

domingo, 3 de diciembre de 2006

Otra Vida

30 grados es la frase que tan fuerte como clara se escucha desde una radio ajena. Roja, Verde, siga. Mojado en sudor y con las manos sucias, dirigo los destinos de ese alguien inexistente y lejano de mis intereses. El codo sobre la puerta, evidencia que pese a lo que se muestre en la escena anterior, hay tiempo para pensar que hay solución para todo.

Uno que ha entrevistado al mismo Lagos, se ha codeado con Piñera en una lancha en el sur mientras nos cagamos de la risa o que ha dejado muda a la Presidenta entre la risa contagiosa de sus entonces compañeros, conduce una camioneta que ya debería jubilar con fierros sobre la cabeza en medio de un olor raro e indescriptible. El pelo, largo y desordenado, es mi orgullo y mi molestia. Visto una tenida fea y manchada que cubre los rastros de envidia e incorformismo simbolizado además en un jockey que siempre evito usar en público. El sountrack son los frenazos y las latas al ritmo del pavimento.

Hace un muy buen tiempo pensaba que la mejor solución frente a cierto tipo de dilemas existenciales era tomar lo básico para sobrevivir e irme al campo para aprender a trabajar en la tierra mientras tenía un cacharro necesario por la distancia como símbolo de progreso. Nadie a kilómetros sabría de mi pasado y me llamaría de otra manera. Haría todo lo contrario a lo que comunmente realizo y disfrutaría , sin duda de mis pequeños triunfos diarios.

También, sentiría como nunca, las derrotas.

Hoy, en este instante exacto, vivo gran parte de los elementos que anteriormente de describen. Soy un productor novato y desconocido por su pega anterior que llegó casi por azar del clima, que responde a un nombre que nunca ha usado o que se le reconoce por apodos simpáticos. Me alegro por mis puntos y sufro en el absoluto silencio las derrotas personales. De pituto pasó a ser pega y no sé si ahora que soy un tipo de terreno más que de oficina, es que he aprendido a querer y sentir lo que hago (o hacemos) en pos de una meta.

Pero, mientras reposaban estas palabras en un archivo mental, un profundo miedo ha empezado a dominarme. Paralelo a esta otra vida he tenido que lidiar con la anterior

Y es traumático.

Dos botones de muestra. Volví a ver a mis antiguos compañeros de generación (no precisamente al Círculo de Hierro) producto de un cumpleaños masivo y era tal como mirar una película que ya comenzó en la que el espectador se esfuerza en entender y compenetrarse con los personajes y la historia. la otra, en una reunión familiar cuando sólo se destacaban los triunfos profesionales de mis primos, nadie me preguntó qué estaba haciendo ahora, cuando perfectamente, el libreto decía que me quedara a esperar la gran sorpresa que sería la entrega y defensa de la Tesis.

En serio, hasta me cuesta redactar estas palabras. Y es que estoy en el instante de compenetración total con mi trabajo como asistente de productor que resuelve cachos o funciona de parche en los condoros. Estoy en el capítulo en que sabes la vida y carácter de todos quienes rodean tu circunstancial día, es decir, reírse con el pelusa del Milan; caminar con la presta Miryam; observar el orden y sapiencia del Chino; relajarse con la buena tela del Abner; admirar el manejo que derrocha la jefa Cinzia; no entender a veces la lógica de operación socio-mental de Torombolo; respetar el expertise (término fetiche de esta época) del Jorge; disfrutar lo afable que es la Vero (R.I.P); contribuir al humor de los bob esponjas; eh.... las Tytis; y por supuesto, asombrame cada día que pasa del talento y experiencia que posee la Anita.

Puede que en estos instantes, el periodismo político marque la pauta del interés público como hace años no lo hacía (ni siquiera en elecciones), que sea un deleite ñoño enterarse domingo a domingo de datos sabrosamente escritos en los diarios o que tenga que preocuparme realmente de mi defensa de tesis. Sin embargo, corro para llegar a tiempo con la tiza para marcar el estadio cuando debería leer las cuñas de Lagos; cambiar el cuerpo de Reportajes por Deportes; tomar la ruta Montt - Irarrázabal - Campo de deportes - Grecia- Pedro de Valdivia, en vez de San Isidro-Tarapacá- Curicó- Toesca- Vergara; visitar el Home Center en vez de la Biblioteca de Santiago; no tomar café ( sólo agua y pan).

¿Si disfruto?. Sí a veces; más que antes.


Escucho: los siguientes temas a modo de soundtrack

Every Little Thing de YES; Chino, gracias por la influencia.
She's Like a Rainbow de The Rolling Stones. Ése era.
Out of Time de Blur. Mi silla y las ventanas.
Tóxica de Babasónicos."bonita y acaudalada/rosada y social, Receta Magistal".

y

Magical Mistery Tour. Ya vienen los créditos de esta larga película.

2 comentarios:

mix dijo...

Hey! wait a second!!!
Homcenter debe ser una de las mejores tiendas que hay en el país... te juro que yo me compraría todo. Hasta cemento, solo para sentir el olor.

Emilio dijo...

Compañero...tenemos que ir por unas birras, es cierto que ya nos agarró la vorágine trabajólica, pero ahora que se viene algo de relajo, hay que aprovechar

Un abrazo

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