Hasta que lo hicimos. El asado, el siempre postergado y funado asado se hizo a más de 150 metros de altura en el techo de Santiago. (Casi) todos asistimos y la respuesta fue de lujo. Buena compañía, clima venidero y carne a punto, lograron que la jornada fuese inolvidable. Acá, imágenes de una buena anécdota entre amigos.
1 comentario:
la chica de rojo, tiene mucha onda, so si solo pudiera conocerla
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