Por puro placer

sábado, 9 de septiembre de 2006

Antes de Dormir


Ya que sabes como nadie que odio responder; no te niego que echo de menos tu silencio en la inmensidad de lo que significa estar solo.


Hoy, cuando la responsabilidad me agobia y casi me toca la oreja, deseo que estés afuera, mirándote frente a una ventana. Luego de que revisas tus dientes, inicias el diálogo con un comentario intelectualmente sarcástico que me hace reír...

y besarte

No paso a buscarte. No le temo al living de tu casa y tampoco hablo con los tuyos sobre ti o lo que pasa al final del pasillo. He olvidado alabar aquello que consideras viejo y pobre o molestarte por tu moderno teléfono al tiempo que pregonas igualdad para todos.

Sé que cuando se reúne toda mi familia, vas a lidiar con la incómoda situación que es sentarse en la mesa con tu irónico sentido del humor. Y al pararte al baño, me dirán en voz baja que eres guapa, simpática y muy linda.

Es que escuchariamos todo eso "indie" que a ambos nos está conquistanto. La música y letra que nos pone débiles y tontos al razonar. Por lo menos, serías el momento más sagrado y me darías ánimo cuando te contesto que estoy ocupado y medio colapsado con todo lo que escribo. Siento envidia, porque me lo dices luego de que haz terminado un párrafo de Auster y te acordaste de mí.

Me actualizarías sobre lo que pasa y que no me digno a leer. Como eres muy atractiva, me convencerme de salir a caminar con sólo escucharte reír. Prefiero abrazarte antes de que entremos al café de moda. Yo te miro cuando buscas mesa, y me siento mejor al saber que tu me acompañas. Es un orgullo raro, como de ser bueno y alegre.

Nada reemplaza el verte dormir. Ni siquiera el recuerdo de la última vez.

Podrías convertirte en esa razón por la que lucho o por lo menos, en la que aún creo.


o cuando me levanto por las mañanas.


Escucho: Monumentos nacionales del Leo Quinteros.

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