Por puro placer

jueves, 4 de mayo de 2006

Malaya sea mi suerte


Empujones AM, barro en la ruta, un guardia que jode, clases fantasmas, un artículo patético. Si sigo enumerando no va a parecer creíble, pero hace exactamente 10 años que no tenía un día tan de la puta grande.

En mayo de 1996 recuerdo un día que incluso marqué en el calendario por lo funado que fue. La chica guapa que me gustaba le coqueteaba a otro, tuve tres rojos en los tres ramos que tenía ese día, discutí con mi madre al estilo "ópera" (una tragedia, gritos y espectadores) , perdí la plata de la colación, fui humillado en el almuerzo por un comentario, jugué como el hoyo a la pelota, no llevé desodorante y en la tarde me tuve que ir en micro.

Hoy, me agarré a empujones con un tipo de una moto que insistía que la ciclovía de Sta Isabel era para motos. Nunca había reaccionado así con nadie en la calle y me descompuso en mala, tanto que encontrar con barro y agua el parque antes de cruzar la Autopista Central fue un pelo de la cola además de quedar embarrado y sucio en bici

Como si oliera a mala onda, entrando a la U un guardia que jamás había visto me toma del brazo y me obliga a bajarme "rapidito". sip! Tirón y forcejeo. Con carita de perro, me fui a terminar la nota de Cristián Sánchez para Farándula. No fui a Seminario, lo que tuvo un alto costo con la Fran y menos pude entrar a A. Latina ya que estaba atorado con el jodido leed. Justo antes de que la hora para entregar el artículo se venciera, emilito me muestra que la chica guapa versión 2006 va coqueteando con otro.

Incompleto el artículo - y no entregado-, antes de irme a casa y de que el Banco Santander ,en complicidad con la UDP, abusen de mi libertad y me roben con la nueva credencial, me acordé de que hoy había un taller de poesía norteamericana en el "american corners". Buscando el puto american a través de preguntas a los muchos guardias de las facultades de Ejército llegué a Casa Central. Tras esperar media hora a que una secretaria me atendiera, me escribió en un papelito que la weaita queda en "Ejército 233 PATIO INTERIOR". Recorriendo de vuelta para encontrarlo, supe que el 233 es la entrada posterior a la Facultad de Comunicación, la nueva entrada de salud y el "amércican corner" es nada más ni nada menos que la sala del lado de donde hace exactamente 45 minutos me habían robado de forma legal.

Me inscribí de la buena onda y tenía dos horas libres antes de que empezara el taller, tiempo suficiente como para ir a casa, comer algo y luego volver. En la ruta, antes de cruzar San Diego, un pelmazo me tiró toda su respiración en la cara porque se negó a moverse para que pasara. En casa, mientras terminaba el último trozo de carne en el plato, mastiqué una piedrilla que me cagó todo el postre. Miro la hora y con 20 minutos de adelanto, me doy cuenta en el ascensor, piso 6, que las llaves de la casa se me quedaron encima del escritorio con las cuentas que me pasó el conserje. Tragedia, porque aparte de quedarme afuera ahí también estaban las llaves del candado de la Bici, amarrada en el cicletero y nadie en el depa que salga a dejármelas.

Estallé y me puse a patear los muros diciendo ¡PUTA LA WEA, DIA Y LA CONCH#x@*¨$!!!

El conserje me dio una solución a 9 minutos de empezar el taller, que usara mi antigua bici que yo le había vendido. Filete. Lo malo es que arriba de ella me acordé porqué la vendí. Volante inestable, cadena que roza y demasiado pesada en los cambios. Si llegué fue de puro vuelo, pero Tarde; tanto que me senté en un lugar estrecho bajo un estante de revistas gringas, que me distrajeron del TALLER DE TRADUCCIÓN DE POESÍA NORTEAMERICANA.

Luego del parto que me significó traducir una estrofa de un poema de Enza Pound, me tinco una mina que a ratos levantaba la cabeza y que copuchaba en silencio con su amiga. Sólo dijo "es muy parecido a..." y como dice mi hermana "tenía el cajoncito abierto". Mal, sumado a que comenzó una picazón en la garganta, frío en las manos, molestia en las pantorrillas, dolor de espalda y de cabeza, fijo el resfriado tirado pa` gripe.

Y yo en bici.

Transpirado y con tos, llego a mi casa y quien me abre no podía ser otro en este día. El pololo de mi prima, uno de los seres que más detesto en estos días por lo chanta y guarro que es en la mesa -y con mi prima- grita a todo el piso "LLEGÓ EL GRAN PERIODISTA!! ADEEELAAAANTE!!. En casa, saben que en ocasiones, he estado a punto de pararme y echarlo del depa por ordinario y mal educado. Hoy, sólo me dio risa verlo.

Podría seguir... no sé, con que se quemó el pan para crutones de la sopa -que se me subió- o que me tomaron la Limón Soda o que al conectarme supe que tenía plazo de gracia sólo por este trabajo de entregar la nota de farándula antes de la 5 por mail.

mmmm, pero no

Homero Simpson (que me lo perdí por estar con la desagradable visita) lo dice magistralmente

¡MALAYA SEA MI SUERTE!
Y luego se cae o se pega con algo en la cabeza.
Escucho: La sirena de retroceso de los pacos al frente que es insoportable ( en serio)
P.S. para qué insistir en seguir. Como que este post era mucho más corto, pero que se borró todo cuando escribía CoNCH... al buscar símbolos en las teclas.

2 comentarios:

mix dijo...

Georgie!!!! te dedico un tema, el único de Les Claypool que se puede aplicar a tan aciago día.

Mañana te llevo el prendedor con la cinta roja, para que no te siga llendo mal, ahahahaha.

Anónimo dijo...

fuerza!!!!!!!!!!!! todos tenemos dias asì al principio son malos, pero despues se convierten en interminables anecdotas que logran sacarle mas de una sonrisa o otro !!!!

Alguna vez fueron portada

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