Volver para irme

Es cierto, ya nada es igual en esto.

Ya no hay nadie. No hay café por la mañana, ni acuerdos en clase. Quinto año comienza a no existir ayudado por una ausente semana caturra, hecho que auyenta a cualquiera o por lo menos, a aquellos que hacen que esta historia sea a lo menos reconocida por sus "extras".

No es raro no ver a nadie, sino que comprensible en la medida en que te respondes la pregunta del porqué. Es ahí donde surgen a modo de respuesta, los nombres, las caras y los destinos que cada uno de mis circunstanciales compañeros de vida ha tomado. Puede que mientras paso por la escalera del segundo piso, no deje de pensar en que, la sorpresa de encontarme con Dani, se postergue debido a que ella ha optado por sorprendernos en las mañanas sacando adelante lo que a veces parece imposible: Periodismo de calidad a horas insolentes.

Lo bueno de todo esto es que lo logra, para alegría de todos, en especial, de sus exigentes editoras.

O que ya comience a acostumbrarme a saltarme los saludos diarios a la Caro Carmona, y que en un futuro no muy lejano, sin que ambos nos demos cuenta, así como nos sucedió hace poco, ambos nos estemos riendo de lo despistados que nos hemos puesto. Ella, profesional, olvida por el cansancio de escarbar en la vida de los demás por exigencia editorial, y yo, olvido por relajo de acuerdo personal.

Ella se confiesa feliz; pero le extraño aquella candidez que se resolvía siempre con una buena ironía.

Y si muchos se extrañan de cómo enfrento el día, sepan que quizá una buena hipótesis del porqué el relajo, las tallas, la barba y el pelo más desordenado, es que acabo de pasar - y no de digerir aún- uno de los períodos más "cuadrados" de mi vida. Ese de preocuparse mucho para que algo salga bien al punto de descuidar todo lo demás. La pasé muy bien, trabajé en lo que más me gusta, pude palpar como nunca mis pasiones; pero también, descubrí mis miedos, mis temores y puse más de una vez en juicio, mi calidad de desempeño en este oficio de vida.

Pude, decirle a todos lo que vi y lo que pasó. Nadie me lo contó, yo lo hice.

A eso vine

y por eso volví para irme.

Escucho: Stay (Faraway, so close) de U2, tema compilado en el disco "2002 el año de los sentimientos, vol 1.", que acabo de reconstruir.