
Desperté medio angustiado. Soñaba que tenía la cuña y la lectura de unas palabras del Chico Zaldívar pero me atormentaba entregarlas. No sé por qué, ya que no comprometían a nadie, sino que quizá el sólo hecho de tenerlas y saber que no podía entregarlas, me afectaba.
Una buena muestra de cómo bastó una sola noche con mis compañeros de Polìtica y su influencia se hizo sentir de inmediato; las pautas, las anécdotas, el pelambre y las noticias obvio. Hablar de eso que nos convoca y reírnos de los que nos sucede con ello. Emocionantemente extraño.
Más extraño aún es que mientras hablábamos, y de vez en cuando, el análisis de una divertida sesión del congreso se mezclaba con los comentario sobre las mujeres en ese lugar, recordé con angustia a la Anna.
Pensaba en ella al pedir el vino, sobre qué comentaría de su sabor, de decirle que estaba muy bueno, que debería probar en su cata por estos lados el Ventisquero Cabernet Sauviñon del 2004 y -más encima- nos regalan una botella de La Palma Carmènere del 2005 a la mesa por nuestra despedida, que adquirió como le dije la primera vez que nos conocimos, el sabor del ambiente.
Hoy, de madrugador angustiado y sediento (me levanté y me hice un jugo para la caña) he pensado en los peligros que conlleva el llamarla o enviarle un mensaje. Si todo será como el gatopardo, que todo cambie para que nada cambie, que si se cumplirán las palabras que le dije la última vez que nos vimos - que no sorportaré estar con ella sólo en el plano de amigo- o de ´si nuestras conversaciones serán similares a las que tuvimos días atrás por las noches.
Si me llegarán otra vez sus mensajes.
Tal como el Queso, mi editor o ex editor, mezclaba imprudentemente, pero de buen gesto, los restos de vino en mi copa, los sentimientos anoche del reencuentro se mezclaban con una cierta melancolía. Ellas bellas las que pasaban o estaban cerca de nosotros, pero más bella - Si supieran- era la Anna escuchando asombrada con sus perfectos hombros finlandeses y sus grandes ojos azules.
Amanece Santiago y de seguro está tomando una micro repleta hacia el Antumapu. Imagino la escena: Ella mirando ese mundo y ese mundo mirándola a ella.
y yo, que la miro desde acá.
Pensando en que mi amistad será nuestro compromiso
y su risa, el cariño más preciado
Escribo el mensaje.
Escucho: La voz de mi padre al recibir saludos por su cumple. No diré la edad porque una vez eso nos distanció por varios cumpleaños más.
1 comentario:
Compañero!!! Como va?? Por lo que entiendo, terminaste el trabajao...anoche tenía una llamada perdida tuya, sorry por no contestar, pero estaba con una caña de la concha su madre y estaba raja...quien es Anna?? Reúne las características de las que hemos hablado tantas veces?? Se me hviene a la mente inmediatamente la figura de la Anna Paquin, no sé bien por qué jajja, si, obvio es por el nombre...amigo mío, un abrazo, y espero que nos veamos en los próximos días, sino en la U, al menos para tomarnos una chela y conversar de nuestras vidas en este verano, que de vacaciones tuvo bien poco, por no decir nada..un abrazo
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