
En la que considero la calle más triste del centro de Santiago; alguien me toma del brazo. Lo miro, trato de reconocerlo...
La cagó.
En Amunátegui, con el pelo largo, más gordo y con una mina al lado está perra barrera. Desde el día de la graduacción que no lo veía. trígido.
Perra era el compañero del que todos en el curso se burlaban de él y con el daño físico a su persona conocí la crueldad en el mundo. También, era amistad incondicional y un kilo de buenas intenciones.
No sé si es la tendencia, pero el que haya aparecido este tipo viene a confirmar un momento parelelo a mis actividades reflexivas. Hace tiempo, meses, que me despierto con la sensación del sueño pegado aún después de la ducha (momentos cognitivos), siempre es lo mismo: El partido de mi vida.
Volver y re-crear
El patio del colegio chico, al caer la tarde, las pelotas de plástico, todos con todos, camisa afuera y el Asco al otro lado.
El Asco. Lejos, mi mejor amigo infancia-colegio.
Si él me daba los pases como todo un 10 que era en la cancha, esperaba lo mismo en la sala de clases con las respuestas. Esa era nuestra sociedad.
La Andrea me habla a veces. La última vez no fue la más acertada, pero no opaca los años y años de conversaciones eternas mientras nos íbamos formando. Junto con una desaparecida María Teresa y la alterna de la Loreto, creábamos las mejores obras en la jardinera de las palmeras. Y si eran buenas, seguíamos en el comedor.
Pasé 12 años de mis 22 en el colegio. Llegaba a las 7:3o y me iba ídem en la tarde junto a la Ji y mi mamá. Tal como lo decía papelucho.
Así, hasta tercero medio.
1999 y el mundo personal se desorbita. Llega la filosofía, la lectura selectiva y los otros escenarios . Revolución, tal como copérnico lo hizo con la ciencia. Igual que él, todo es descartado de principio y me obligan a retactarme de mis "circunstancias". Gana Copérnico.
El último año, cuarto 2000, es una novela, en su estructura, personajes y las historias. Nace como la idea más absurda de continuidad y termina con tres finales de antología.
Morrales, gel y zapatillas azules.
La Kareen la vi en un gym radiante y bella como lo era desde que llegó al curso. No perdió la dulzura y recordaba detalles con una precisión de relojero. Terminó llorando y no me ha vuelto a hablar.
El Pelao se hizo terrenal y de pequeño gran maestro, hoy convive mis alegrías junto a un amigo común. Somos hermanos de la gran "celaquinta" y la última vez que lo vi estaba enamorado de una mesera de "La Casa en el Aire". Fumaba Lucky.
Cuarto de, era unido por su dispersión interna. Era común de causa sólo en las pruebas.
También en las ceremonias.
La chica Valezka, entre la poca lucidez que le dejan los tonariles y sin zapatos, grita por el pasillo:
-"TODOS JUNTOS"
-"COMO LOS JAIVAS", le responde la negra Denisse, hoy señora y tía de la guagua de la chica.
El perra se aleja por Amunátegui y yo, junto a la fran, intrigados por un cd virgen, seguimos por una cinematográfica Alameda. Parece que nos vio Carabineros.
¿ Has pensado Francisca Alejandra, que en unos meses más dirás "yo me acuerdo que en la U..."?
Escucho: Ammunition de Morrissey, del disco Maladjusted (ese me salvó una vez)
3 comentarios:
Que nostalgia recordar aquellos tiempos donde todo era utopico....cuanod arreglabamos el mundo a nustra manera y conversabamos de kmo seria nuestro futuro.....y bueno aqui estamos ahora con mas años en el cuerpo, mas experiencia y pensando que sera de todos esos personajes que una vez nombramos en nuestras conversaciones ...cuando estudiabamos "quimica" jajjaja.....te acuerdas??
jajaja pero obvio.
La pizarrita mágica y los días lluviosos.
Aprendí caleta. Sobre todo la química de una buena amistad.
saludos Mafi
(aunque no te gustase ni te guste eso)
buenos recuerdos wn, pasamos hartas weas juntas, hasta cuando jugando a la pelota te pegue una pata en lociko¡¡¡ jajajaja, pero filo, weas de futbol....
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