Odio ser el premio de consuelo.
El segundo.
El plan B.
La otra vía.
Recuerdo la primera vez en que ocupé el término, y sin duda, me ha servido como lección de vida.
Sentado a un costado del auto, mi novia de esa época estaba al volante de todas las situaciones. Giraba de vez en cuando y al llegar al destino me interrumpe un buen cumplido:
-Sólo amigos. No quiero perderte.
Frío y sin pensarlo, salí del auto y antes del portazo, el épilogo:
-Olvídalo, premios de consuelo, para nadie. Es esto o nada.
Creo que en este último tiempo, llevo un cartel en la frente de "alternativo a..." porque a diario me topo con situaciones que me hacen pensarlo. Una guapa amiga llega de un largo viaje y lo primero que hace es decirme que debemos hablar para contarme de su amor reciente.
Nada peor que ser un ADM
un Amigo De las Minas
Por lo menos, a esos tipos los he (mos) visto y su actitud es completamente consensuada. Saben que sólo aspiran a eso y lo aprovechan al máximo. Como en el comercial de SPRITE
hey lolita!, tu amigo te tiene ganas
Pero esto es distinto. Alzar la ceja y sentir que eres usado. Peor, si no esperas nada o lo mínimo de algo. Mal, muuy mal.
Hace poco, antes de tirar la piedra y arrancar, ella me "preguntó" qué poetas o libros leo y que son buenos para leer en invierno. Acto seguido, me da la gran noticia. Ella nunca fue.... ni quiso serlo.
Odio cuando uno es diligente, amable, cumple, aconseja, trata de no creer y se conserva probo. Espera lo mismo, hasta por educación o mérito. Siempre recibe menos de lo mínimo.
Ha vuelto a pasar y me veo escribiendo lo funesto que es ser el que recoge los platos
y ve cómo los demás
Otra vez
se deleitan con el postre.
Escucho: Engaña del disco Bocanada de Gustavo Cerati
4 comentarios:
tus palabras me saben a viejas conversaciones y que lata que haya sucedido de nuevo.
Clama Jaime, lo bueno se demora en llegar ;)
besos, te querio
aunque agradezco el gesto
mmmmmm
mmmmm
sorry, no puedo
no me gusta cómo suena
it's sucks to be...
Mmmm... creo que eso del premio de consuelo, a unos les pasa más que a otros.
Lo he sentido a lo largo de toda mi vida, en hechos recientes, lejanos y no tantos, en que el premio gordo se lo lleva otro en frente a tus propias narices y... ojos!!!
Todo lo pretendes lograr y ganar, se esfuma y queda relegado a otra persona. Tu mejor amigo, tu peor enemigo, un desconocido.
Y uno se queda mirando, con la esperanza que la próxima vez alcanzaremos la victoria.
¿Moriremos esperando? ¿o es que somos demasiados inconformistas?
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