Por puro placer

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Por los Sueños


Marco, incondicional amigo y de los mejores que conservo, me cuenta echado en su cama jugando Play Station que dejó la U. El motivo: Algo más que dinero. Ganas.

" Ya no me daban ganas. Siento que perdía el tiempo"-me dice al instante que anota un "gol".

El "pato" (le decimos así a Marco porque tiene cara de pato, es increíble como alguien puede tener los rasgos tan marcados de un animal en el rostro) fustra otro año más su paso por la universidad. Ya en el camino quedó una carreteada Geografía en la Chile, lo triste de estudiar Psicología en la Bolivariana y ahora último, trabajar todos los días en un restobar de los que son criticados por la Wikén con 6 ternedores, se hacía imposible con las idas por horas a la Arcis a seguir nuevamente Psico. Es más, terminaba mal en las clases.

"Algunos tienen talentos. No me iba mal en la U, pero trabajar de Barman y todo lo que eso significa, es algo que me alegra más que nada. A veces, mientras agito las botellas o sirvo, pienso en el sueño de tener mi propio barsito, lo que voy a poner, o qué voy a comprar. Éste es mi talento"

Me habla más pausado que la última vez que tocamos el tema de cómo te va en la U y su ponchera cervecera ya es su orgullo y no su verguenza.

Sigue sus sueños, busca otro trabajo, quiere aprender inglés y juntar plata suficiente como para empezar algo.

"Somos demasiado distintos, tenemos vidas completamente distintas", - y sentencia la primera idea del diálogo, lo que me revoca a los tiempos en que nos conocimos. Ambos éramos empacadores en un Ekono de Plaza Italia, y la política nos llevó a conversar en un desayuno de octubre.

Año 99. Íbamos juntos por la Gladys Marín a ayudar al stand de Huérfanos con Ahumada después de clases y nuestra misión era iniciar discusiones del porqué no votar por ella. Ese verano, después de la segunda vuelta, nos fuimos a las mejores vacaciones que he tenido en mi corta vida. Todos los días era algo distinto, gente del lugar, turistas aperrados y la belleza que Caldera expresa como pueblo símbolo de todos los pueblos costeros de Chile. Emocionante.

Escuchamos a la Alycia Keys en los Fugees sentados en el living del depa comiendo galletas con mermelada y que está como si hubiesen entrado a robar, junto a la cama de Chingo, un tipo genial que ahora vive de allegado en el departamento que quizá alguna vez fue:

-Consulta de dentista charcha
-Clínica mula; desde atenciones truchas a centro abortivo
-Depa parejero por hora (hay vidrios que están con un vinilo distorcionado)
-Casa de cambio histórica, la de "Jonny 100 pesos" (es el mismo edificio y tiene persianas).

Mi amigo camina sin zapatos entre la ropa y los libros rascándose la cabeza en señal implícita de desacuerdo y no me ve mirar la ventana con la sonrisa de seguirlo y apoyarlo.
espero
Como siempre.

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